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Sobre la segregación sexual en el deporte (5)

2010-02-07

Continuamos la serie de artículos sobre la segregación sexual en el deporte. Hace dos días vimos los argumentos más populares a favor de la segregación sexual y el último día vimos algunos argumentos en contra; el artículo de hoy, el último por el momento, explora la viabilidad de la competición mixta en varios casos prácticos.

Deporte en la infancia

Las diferencias entre sexos antes de la pubertad son poco significativas. Las competiciones infantiles mixtas no habrían de tener más problemas que el de una posible transición a la categorización por sexo tras alcanzar la pubertad.

Atletismo de alta competición

Veamos, en primer lugar, el atletismo indoor. Si nos fijamos en las mejores marcas históricas y en los resultados del último año, la última estadística publicada por la IAAF el pasado 22 de enero es demoledora: los hombres dominan los registros con un margen en ocasiones muy generoso frente a las mujeres, con la peor marca masculina sistemáticamente mejor que la mejor marca femenina. Como mínimo, esto parece indicar que sería extremadamente raro, al menos durante muchos años, ver mujeres fuera de los últimos puestos de la alta competición indoor.

Este artículo de Kevin Drum da una visión interesante de la evolución histórica de los resultados femeninos frente a los masculinos en dos pruebas de atletismo outdoor que explotan al máximo dos aspectos de la condición física del deportista: la velocidad en los 100 metros lisos y la resistencia en el maratón. Igual que antes, se ve que los hombres tienen una ventaja notable frente a las mujeres. El artículo es de hace unos cuantos años y la predicción más optimista que establecía la posibilidad de que las mujeres alcanzaran a los hombres en 2010 parece que no va a cumplirse.

Puede decirse que las diferencias entre hombres y mujeres en el atletismo de alta competición son tan grandes que la competición mixta es inviable.

Patinaje artístico sobre hielo de alta competición

El caso del patinaje artístico sobre hielo es curioso. Se trata de un deporte practicado por una mayoría femenina, pero los pocos chicos que hay obtienen marcas que, en promedio, están por encima de las de sus compañeras. Hay un sistema de puntuación basado en criterios más o menos objetivos (no es del todo cierto) que sirve para establecer las clasificaciones en la alta competición. Los mejores resultados de los últimos tiempos publicados por la ISU dicen que:

• la puntuación media femenina es de 102,8 puntos;
• la puntuación media masculina es de 142,4 puntos;
• la desviación típica de la puntuación femenina es de 31,67 puntos (un 30,8 % de la media);
• la desviación típica de la puntuación masculina es de 42,61 puntos (un 29,9 % de la media).

Es apreciable que las diferencias dentro de un mismo sexo son de la misma magnitud que las diferencias entre sexos. La probabilidad de que un chico obtenga una puntuación superior a una chica es de un 77 %, alta pero sin duda no completamente excluyente.

Los anteriores resultados son pesimistas y habría que corregirlos. Los programas de competición femeninos están planteados de un modo diferente al de los programas de competición masculinos y las puntuaciones no están ponderadas de igual manera. El sistema está planteado de modo que se fuerza una mayor puntuación para los hombres porque el reglamento establece limitaciones en cuanto a elementos técnicos que son más estrictas para mujeres que para hombres y, además, la puntuación «artística» puntúa menos en mujeres que en hombres. No es posible hacer una comparación rigurosa sin reducir los resultados para compensar el efecto de las diferencias artificiales. En una competición mixta justa, sería deseable un reglamento que no diferenciara entre sexos. Por lo demás, la competición mixta parece bastante viable.

Categorías: Deporte

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